Esta no es una reseña acerca de la película del 2017 con Scarlet Johanson, por qué? Ah pues por que en serio no vale la pena, es una versión light, mal contada, mal actuada y condescendiente para el público, sé que la idea es ganar lana llegándole a la mayor cantidad de gente posible, pero no concuerdo con que tenga que ser a través de un producto super digerible, GITS no es un concepto que se pueda aligerar porque entonces pierde su valor, piensen en la obra original como en un diamante natural, mientras que esta última versión es una piedrita de Swarovsky, así de chafa, bonita… pero deshechable.
Acabo de leer un titular que dice: «Alec Baldwin as a baby is a bigger draw than Scarlett Johanson as a cyborg. » Y me parece que esa es la reseña que mejor le hace justicia a esta nueva versión.
Ora que si les interesa saber por qué digo esto mejor les cuento sobre la obra que más influenció la creación de cosas como The Matrix, ah verdad!?
El Ghost in the Shell de 1995 es la adaptación animada del manga con el mismo nombre publicado en Japón por ahí del 89 y es la historia de una unidad antiterrorista liderada por Motoko Kusanagi (The Major) que constantemente investiga casos relacionados con terrorismo cibernético, lo interesante está en que la historia se desarrolla en un futuro no tan lejano en donde lo que sucede bien podría hacerse realidad, cosas como por ejemplo que los seres humanos reemplacen partes de su cuerpo por componentes artificiales, o que pudieran conectar su consciencia a la red para vivir en simulaciones vivenciales que los aparten de la realidad y de la misma forma transferirse por completo a un cuerpo cibernetico con todas las implicaciones que esto traería, imagínenese cómo sería esto, si hoy en día nos la pasamos pegados al celular, qué pasaría si además pudiéramos conectar nuestro cerebro directamente al internet?
Bueno pues en GITS se exploran estas situaciones y se reflexiona sobre la complejidad de un mundo hiper conectado, en donde aquellos con suficiente capacidad pueden hackear a otros, al grado de tomar control sobre el cuerpo, la visión y hasta el pensamiento de los demás, esto ocasiona que ahora los terroristas no requieran colocarse un chaleco explosivo, sino que pueden hacer que otros se lo pongan en su lugar para hacer estallar a sus enemigos sin siquiera mostrar su rostro.
Por supuesto aquí se desatan complots súper complejos y emocionantes, en donde El Sector 9, que es la unidad liderada por La Mayor, entra en acción para investigar el caso y descubrir quién, cómo, cuándo, por qué y cerrarlo no sin antes entrar en secuencias de acción que envuelven armas de última generación, androides, tanques impulsados por inteligencia artificial y sobre todo «wizard level hackers», capaces de borrar nuestra memoria para reescribirla con la que mejor se adapte a sus necesidades, o idealistas políticos que en su afán de lograr un cambio crean consciencias colectivas a dónde lo oprimidos puedan trasladarse para fusionarse con los demás y vivr en un estado perpetuo de nirvana, en donde las necesidades del cuerpo se vuelven irrelevantes, dando paso a niveles de existencia superiores, a los que sólo se puede acceder mediante la tecnología.
Y pongan atención a lo último, «niveles de existencia superiores a los que sólo se puede acceder mediante la tecnología», ésa es la escencia de esta obra, se trata de una reflexión constante sobre el conflicto de que el alma no puede existir sin el cuerpo donde habita, esto es el pan de cada día, la mayor bendición y al mismo tiempo la principal fuente de todos los problemas.
De ahí el nombre: Ghost in the Shell.
Dénse la oportunidad, póngale atención y maravíllense!
Salud.